Enzimas específicas para piensos sostenibles: Avances en fitasas, xylanasas y proteasas diseñadas para aumentar la biodisponibilidad y reducir el impacto ambiental

La nutrición animal avanza hacia un modelo en el que cada nutriente debe utilizarse de la forma más eficiente posible. No por una cuestión sólo económica, sino por la necesidad creciente de reducir el impacto ambiental, controlar la variabilidad de las materias primas y optimizar la conversión de nutrientes en rendimiento productivo. En este contexto, las enzimas específicas se han convertido en una de las herramientas más valiosas para transformar piensos vegetales en dietas más digestibles, estables y sostenibles.

La ciencia ha evolucionado desde enzimas genéricas a moléculas altamente especializadas, capaces de actuar en condiciones muy concretas del tracto digestivo y de liberar nutrientes que antes permanecían inaccesibles. Fitasas, xylanasas y proteasas representan hoy uno de los mayores avances biotecnológicos aplicados a la formulación de piensos.

1. Cómo actúan estas enzimas y por qué son clave en sostenibilidad

Los ingredientes vegetales contienen nutrientes de alto valor, pero muchos se encuentran ligados a estructuras complejas o atrapados dentro de fibras que limitan su aprovechamiento. Las enzimas específicas permiten romper esas barreras naturales.

Las fitasas degradan el ácido fítico y liberan fósforo, calcio y minerales asociados, reduciendo la necesidad de fosfatos inorgánicos y disminuyendo la excreción ambiental de fósforo. Las xylanasas actúan sobre arabinoxilanas, reduciendo la viscosidad intestinal y facilitando el acceso a la energía de los cereales. Las proteasas liberan aminoácidos y péptidos que no se absorben adecuadamente en dietas vegetales, permitiendo reducir la proteína bruta sin afectar al rendimiento.

La combinación de estas enzimas no sólo aumenta la biodisponibilidad real de la dieta; también mejora la eficiencia digestiva, reduce el desperdicio metabólico y permite ajustar las formulaciones hacia modelos más sostenibles y equilibrados.

2. Avances reales en eficiencias enzimáticas (2023–2025)

La investigación más reciente ha consolidado mejoras significativas en tres áreas fundamentales.
Por un lado, la estabilidad térmica ha mejorado de forma notable. Nuevas generaciones de fitasas y xylanasas soportan mejor procesos como peletización o extrusión, conservando su actividad en condiciones donde antes se perdía buena parte de su eficacia. Esto permite que su impacto nutricional sea real en el pienso final, no sólo en la formulación teórica.

También han avanzado mucho las propiedades de afinidad y especificidad molecular. Hoy se dispone de fitasas capaces de actuar eficazmente en rangos de pH más bajos, iniciando la liberación de fósforo ya en el estómago. Las xylanasas se seleccionan según el tipo exacto de arabinoxilanas presentes en trigo, maíz o subproductos, y las proteasas se diseñan para liberar aminoácidos esenciales adaptándose a perfiles proteicos muy variables.

Por último, se ha observado un claro progreso en sinergias enzimáticas, especialmente entre fitasa y proteasa. Su acción conjunta incrementa la liberación simultánea de fósforo y aminoácidos, permitiendo aprovechar dietas más restrictivas o con materias primas de menor calidad sin comprometer productividad.
Estos avances están respaldados por estudios que documentan mejoras en digestibilidad de nitrógeno, fósforo y energía, mejores índices de conversión, una mineralización ósea optimizada y reducciones significativas en la excreción de nutrientes no utilizados. La evidencia científica es clara: estas enzimas aportan beneficios tecnológicos, nutricionales y ambientales medibles.

3. Aplicaciones y oportunidades reales para el sector de piensos

La implementación de estas enzimas permite reformular dietas con un nivel de precisión mucho mayor que en décadas anteriores. En dietas basadas en vegetales, la mejora de digestibilidad permite reducir proteína bruta o fósforo inorgánico, manteniendo el rendimiento y reduciendo costes. Esta capacidad resulta especialmente valiosa en momentos de inestabilidad en los mercados de soja, trigo o harinas proteicas.

Además, las enzimas actúan como un estabilizador nutricional frente a la variabilidad de las materias primas. Cuando la calidad de un cereal fluctúa de una partida a otra, la actividad enzimática ayuda a mantener una absorción de nutrientes más uniforme, reduciendo el impacto de estas variaciones en el rendimiento animal.

Desde la perspectiva ambiental, las enzimas contribuyen a disminuir significativamente la excreción de fósforo y nitrógeno, lo que se traduce en una menor carga contaminante en purines y estiércoles. Esto es clave en auditorías ambientales, certificaciones y nuevas regulaciones orientadas a reducir el impacto de la ganadería intensiva.

Para las empresas de piensos, estas oportunidades se traducen en más eficiencia, menos dependencia de suplementos minerales o proteicos y un avance claro hacia formulaciones más sostenibles y competitivas.

En resumen

Las fitasas, xylanasas y proteasas de nueva generación son herramientas biotecnológicas esenciales para mejorar la eficiencia nutricional, optimizar los recursos y reducir la huella ambiental del sector de piensos. Los avances recientes —tanto en estabilidad como en especificidad y sinergias— demuestran su enorme potencial para impulsar una nutrición animal más sostenible y científicamente fundamentada.

En New Food, siempre a la vanguardia de la innovación, incorporamos estos avances en proyectos de I+D+i a medida, transformando la evidencia científica en soluciones prácticas para empresas del sector.

¿Hasta dónde podrá la biotecnología enzimática redefinir el equilibrio entre rendimiento, coste y sostenibilidad en la producción animal?

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