Microbiomas del Vino: Innovaciones en el Control del Terroir y la Calidad

La innovación en la industria vinícola ha evolucionado más allá de la selección de uvas y técnicas de vinificación, adentrándose en un nuevo y fascinante campo: el estudio de los microbiomas del vino. Este concepto está transformando nuestra comprensión del terroir, la calidad y la identidad de los vinos. Los microorganismos presentes en los viñedos, las bodegas y el proceso de fermentación no solo influyen en los sabores, aromas y texturas del vino, sino que también pueden ser herramientas clave para mejorar su calidad y autenticidad.

Pero antes de adentrarnos en el papel de los microbiomas, es fundamental entender qué es el terroir. El terroir es el conjunto de factores ambientales que influyen en las características únicas de un vino: el suelo, el clima, la geografía y las prácticas agrícolas de cada región. Estos factores se combinan para darle al vino un carácter y una personalidad distintivos, lo que explica por qué vinos elaborados con la misma variedad de uva pueden ser tan diferentes entre sí dependiendo del lugar donde se cultivan. En este contexto, los microorganismos también forman parte del terroir, desempeñando un papel clave en la creación de los perfiles sensoriales que definen a cada vino.

1. ¿Qué es el microbioma del vino?

El microbioma del vino está compuesto por los microorganismos que interactúan en todo el proceso de producción, desde el suelo de los viñedos hasta las barricas de fermentación. Incluye bacterias, levaduras, hongos y otros microbios presentes en las uvas, las hojas, la atmósfera de la bodega y los equipos de vinificación. Estas comunidades microbianas no solo influyen en la fermentación del vino, sino que también juegan un papel crucial en la definición del carácter final del vino.

Diferentes estudios han revelado que los microbiomas pueden ser tan distintivos como el propio terroir, y su influencia va más allá de la simple transformación del azúcar en alcohol. De hecho, estos microbios interactúan con los compuestos fenólicos y aromáticos del vino, modulando sabores, aromas y hasta la textura.

2. Innovaciones en la monitorización y manejo del microbioma

Gracias a los avances en la secuenciación de ADN y la metagenómica, hoy es posible identificar las especies microbianas presentes en cada fase de la vinificación. Esto permite a los productores vinícolas monitorear y controlar mejor los procesos fermentativos, reduciendo variaciones no deseadas y optimizando el perfil sensorial del vino.

Algunas bodegas están experimentando con la introducción controlada de microorganismos específicos para influir en los sabores deseados del vino, una práctica conocida como fermentación dirigida. Esta técnica permite personalizar la fermentación al seleccionar cepas de levaduras y bacterias específicas que intensifican ciertos atributos organolépticos, como la fruta, la acidez o los matices florales.

3. Microbiomas del suelo y su impacto en el terroir

El suelo del viñedo es una de las principales fuentes de microorganismos que definen el microbioma del vino. La relación entre las plantas de vid y los microbios del suelo no solo afecta la salud de la planta, sino que también influye en la composición de las uvas y, por ende, en el vino.

Un estudio pionero llevado a cabo en varios viñedos europeos y americanos ha demostrado que la diversidad microbiana del suelo puede ser responsable de diferencias notables en los perfiles aromáticos de vinos de la misma variedad de uva cultivada en diferentes regiones. Este hallazgo abre nuevas oportunidades para los enólogos, quienes pueden aprovechar el microbioma del suelo para resaltar características específicas de su terroir, diferenciando aún más sus productos en el mercado.

4. Control del microbioma en bodega: más allá de la fermentación

Una vez que las uvas llegan a la bodega, el control del microbioma continúa siendo crucial. El entorno de la bodega, incluyendo los recipientes de fermentación, las herramientas y el aire, está poblado por una comunidad microbiana que puede alterar drásticamente el resultado del vino. El manejo de estos microbios, especialmente las levaduras y las bacterias lácticas, puede marcar la diferencia entre un vino de alta calidad y uno que sufre de defectos como la fermentación maloláctica no deseada.

Las tecnologías de gestión del microbioma en la bodega están evolucionando rápidamente. Los nuevos métodos incluyen la esterilización selectiva de los equipos de fermentación para eliminar microbios perjudiciales sin afectar a los beneficiosos, o el uso de microbiomas diseñados para mantener la estabilidad del vino durante la fermentación y el envejecimiento.

5. Microbioma y sostenibilidad en la viticultura

El manejo del microbioma en los viñedos no solo mejora la calidad del vino, sino que también puede hacer que la producción sea más sostenible. Los microorganismos pueden ayudar a la planta de vid a resistir plagas y enfermedades, reduciendo la necesidad de pesticidas y productos químicos. Por ejemplo, algunas cepas de hongos y bacterias presentes de manera natural en los viñedos han demostrado su capacidad para proteger las uvas de infecciones por hongos patógenos.

Además, el microbioma también tiene un impacto en la retención de agua y la salud del suelo, ayudando a las viñas a adaptarse mejor a condiciones de sequía y cambios climáticos. Esto resulta especialmente relevante para las bodegas que desean apostar por prácticas agrícolas regenerativas y reducir su huella de carbono.

6. Identidad del vino y autenticidad: un sello microbiano

El microbioma puede actuar como una «huella dactilar» que define la autenticidad de un vino. Bodegas de renombre están utilizando análisis metagenómicos para demostrar la procedencia de sus productos, creando vínculos inconfundibles entre el microbioma del suelo de sus viñedos y los perfiles únicos de sus vinos. Este tipo de trazabilidad genética podría convertirse en una herramienta poderosa en la lucha contra el fraude en el mercado del vino, donde las falsificaciones y las imitaciones han sido históricamente un problema.

Conclusión: El microbioma como el nuevo terroir

La creciente comprensión del microbioma del vino está transformando la forma en que las bodegas producen, diferencian y comercializan sus vinos. Más allá del suelo, el clima y la geografía, los microorganismos juegan un papel esencial en la definición del carácter de un vino. El aprovechamiento y manejo consciente del microbioma se perfila como una herramienta crucial en la innovación del sector, ofreciendo a las bodegas una ventaja competitiva y ayudándolas a mejorar la sostenibilidad, la calidad y la autenticidad de sus productos.

En New Food, estamos al día de estas innovaciones y trabajamos en proyectos de I+D+i adaptados al sector vitivinícola, desde el manejo del microbioma hasta nuevas soluciones tecnológicas para la vinificación. Si tu bodega está interesada en explorar nuevas formas de mejorar la calidad de tu vino o innovar en tus procesos productivos, no dudes en contactarnos. Nuestro equipo de expertos está listo para ayudarte a desarrollar proyectos personalizados que potencien el valor y la competitividad de tu marca en el mercado.

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